Tuesday, March 11, 2008


Uribe: Hay que matar al mensajero

Dagoberto Gutiérrez

Cuando hay guerra o un conflicto grave entre dos partes, como ocurre en Colombia, y cuando una de las partes, como hacen las FARC, envía mensajes y adopta conducta negociadora; la parte que no quiere negociar, como ocurre con el gobierno de Colombia y el de los Estados Unidos, deciden matar al mensajero de la negociación; esto es como matar a la paloma que lleva el mensaje de la paz y equivale, en todo tiempo y lugar, a un mensaje de guerra.

La agresión militar del ejercito colombiano a Ecuador significa una acción política con una cubierta militar; el ataque de aviación y las fuerzas aerotransportadas que penetraron al territorio ecuatoriano, son instrumentos de la decisión política tomada de cercenar toda negociación en la guerra colombiana y es indudable que el Presidente Uribe y también la Casa Blanca sabían los costos políticos de la operación; pero en la balanza peso mas , mucho mas, la necesidad perentoria de impedir que las FARC ganaran espacio internacional o nacional con liberaciones sucesivas de prisioneros de manera unilateral.

Bogotá y Washington comparten los mismos temores frente a la Revolución Bolivariana de Venezuela y el imperio estadounidense, que atraviesa una critica situación de perdida de hegemonía, tiene presente la opción militar como recurso irrenunciable para apropiarse del petróleo venezolano del que tanto necesita, El ejercito colombiano es, probablemente, a la manera del ejercito de Israel, un instrumento para esta política, por lo menos en la cabeza de Uribe y de algunos milicos empresariales.

Se trata de una institución en guerra desde 1948 cuando se asesina a Jorge Eliécer Gaytán líder del partido liberal y cuando estalla la guerra de guerrillas, desde allí viene la guerra colombiana; pues bien ese ejercito moviliza fuerzas y pertrechos hacia la frontera colombo –venezolana y por eso el Presidente Chávez al conocer la agresión a Ecuador, movilizo tropas hacia la frontera con Colombia, Se sabe que el batallón Cartagena con sede en la guajira movilizo fuerzas y tanques en grandes contenedores hacia la frontera.

Raúl Reyes como principal negociador conocido de las FARC, necesitaba de intensas comunicaciones al servicio de la negociación y de las relaciones internacionales y, precisamente por esas comunicaciones fue que los satélites estadounidenses ubicaron su posición, e informaron a Bogota y prepararon la operación de aniquilamiento de el negociador , no hubo ningún combate porque los guerrilleros estaban dormidos y el ataque aéreo, de Sur a norte, como dice el gobierno ecuatoriano, es decir desde territorio ecuatoriano, aniquilo toda posibilidad de respuesta , los aerotransportados sirvieron para ejecutar , hasta por la espalda a los combatientes heridos , razón tiene el gobierno de Rafael Correa de definir los hechos como masacre , esto no llena de orgullo a ningún ejercito y en realidad la víctima verdadera es la negociación porque si esta se desarrolla se obstaculiza la política de agresión a la revolución Venezolana, y , desde luego, perdería influencia el sector ultra derechista de la burguesía colombiana a la que pertenece el ministro de defensa Santos y por supuesto Uribe y todo el negocio de la guerra que interesa por igual a Bogota y la casa Blanca.

No es de extrañar que Uribe busque un nuevo periodo presidencial y tampoco lo seria que se esta esperando que las FARC entierren la negociación porque eso es , precisamente, lo que el ataque en Ecuador busca; por eso Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, han de saber manejar el equilibrio entre una política de negociación y una guerrilla enfrentada ala tecnología estadounidense; con la muerte de Reyes se sabe que el secretariado no es intocable pero las FARC es la experiencia caminando y sabrán muy bien que el mundo civilizado no respalda una política que niegue la liberación de prisioneros de guerra , por eso, las gestiones francesas sobre la libertad de Ingrid Betancourt, siguen siendo importantes y su liberación aun mas.

El ejército Colombiano y Álvaro Uribe son peones de la política imperial estadounidense y amenazan a sus vecinos, por eso resulta comprensible la respuesta del presidente Correas de Ecuador y del presidente Chávez de Venezuela porque el Imperio al necesitar el petróleo venezolano no mide consecuencias y Uribe tampoco.

Las FARC saben, que el enemigo se ha movido y se ha vuelto sofisticado, y en esta etapa de esa guerra, el amorío entre lo político y lo militar se vuelve mas intenso, hoy más que nunca su importancia geopolítica resulta determinante en un conflicto regional.

Como siempre ocurre la clave esta en los pueblos: en los simples, en los sufrientes y en los crucificados y no en los perfumados y bien olientes, al fin y al cabo Simón Bolívar olía a pueblo a caballo a sudor a llanto y a heroísmo.

El Imperio se enfrenta, cara a cara con Simón Bolívar que sigue cabalgando por toda América.

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