Wednesday, January 21, 2009

EL ATAQUE A LA GUARDIA NACIONAL (Un cuento de guerra)

Nota aclaratoria no es de mi autoria simplemente quiero compartir con la comunidad.
(Articulo encontrado en la internet, data de los añ0s 80 ; escrito en lenguaje popular)
El voladués que yo, en mis años jovenzones, le llevaba hambre, pero así como se oye, hambre de chucho callejero, a una cholerita que era una belleza lenca, oriunda de Corinto, Morazán: alta, con cinturita, piernas duras y torneadas, pies bien hechitos, con rasgos finos y dientes blanquísimos, morena y con gracia, no era para nada una papa con sal; hubiera sido una princesa indígena en tiempos de la Conquista... Se llamaba María Leoncia, pero solo le decíamos María y yo la comencé a talonear desde que ella tenía como quince años y trabajaba en una tienda del barrio...p$$ta, no le daba agua, le atravesaba el carro, la esperaba en la esquina, etc, etc... Ustedes saben como es la brama, ¿ verdad ? La muy zorra sabía a la perfección que yo y un revergo mas de pendejos le llevábamos hambre canina y eso la hacía sentirse como pavo real, pero a la hora de los vergazos, nada de nada... p$$ta, decía yo para mis adentros: ese pollo me lo tengo que merendar... pero nada de nada... Los pretextos de siempre: "Que usté solo el daño me va a hacer..." Que los hombres solo eso quieren..." "Que va a pensar mal de mí..." "Que usté ya tiene su novia..." p$$ta!!! Lo que yo quería era coger, y sobre todo, coger de choto, y la tal María, haciéndose la del billete de mil...Bueno, queridos lectores, pasó el tiempo, pasaron los años y no me la pude dar, así que desistí del capricho, hasta que una vez, la voy viendo una noche caminando por el centro de San Salvador, convertida ya en toda una mujerona de veinticinco años, o sea, mayor pero mejorada, una negra en todo su lujurioso esplendor tropical...El corazón me comenzó a latir a mil por hora y como ella no me había guachado pues caminaba en sentido contrario a la calle donde yo guiaba la nave, tuve que ir a dar la vuelta a la cuadra y me estacioné frente al portal donde está Omnisport en el centro, a la par del Parque Libertad y la abordo: "Pero María, que agradable sorpresa, vos, que que te habías hecho, que patatín, patatán, (todas las mierdas que uno habla cuando encuentra un conocido, ¿verdad?) Y ella lo mismo: "Don Diablo, (ella siempre me trató de "Don" y yo de vos, enfatizando el aspecto de la dominación, ¿verdad?) Pero que sorpresa ¿Y sus papás que tal están, y la niña Fulanita, su mami, está alentadita? ¿Siempre de novio, Don Diablo? Etc, etc, patatín, patatán...Yo, ni corto ni perezoso, me dije para mis adentros: "esta mi$$rda hoy llevala al suave, no te ajolotés, que este arroz ya se coció..." Y vengo y le digo: "María, vení, vamos a tomar un cafecito o una gaseosa, para recordar los viejos tiempos..." Y ella, que si, que vaya pues, pero como amigos, no se vaya a poner abusón, etc, etc y yo "Pero María, que soy todo un caballero, que si, que no, etc, etc..." La mujer ya había cambiado, en todo, ya no era una mona de quince, me contó que tenía una niña, o sea la historia que se repite un millón de veces: la preñó un hijueputa que solo le hizo el favor, la niña la cuidaba la mamá, y ella estaba sola... etc, etc.Y comienzo a volar lengua, a hablar paja, que vos necesitas a alguien que te proteja, que yo te puedo alivianar de vez en cuando, que vos me gustás, y todas las mierdas que uno promete ydice cuando se quiere pisar a toda costa a una mujer... "Vaya pues, Don Diablo, pero no se vaya a burlar de mi, ¿oye?” “No mamacita, como vas a creer...” Y quedamos para el día siguiente, que yo la recogería a las 8 de la noche en ese mismo lugar...Para los demasiado jovencitos, les aclaro que en tiempos de la guerra civil, parece mentira, San Salvador, o sea, el casco urbano, la propia ciudad de Zanzíbar, en la noche era de lo mas seguro y transitable que existía, para gente como este su servidor, que le encantaba andar jodiendo: las calles permanecían casi vacías, no había ladrones en abundancia y mucho menos mareros, o sea, si uno no andaba en cuestiones conspirativas, andaba super tranquilo... extraño fenómeno, asi es que uno podía transitar tranquilamente en el mero centro a las ocho o nueve de la noche sin mayor problema... A menos que hubiera un ataque militar a alguna guarnición o algún acto de sabotaje de los rebeldes; a lo que me refiero en cuanto a tranquilidad es por la delincuencia común...Al día siguiente, dicho y hecho: la María no me había pajeado y ahí estaba, puntual; se subió a la navecita, yo iba impaciente pero al mismo tiempo, sabía que teníamos toda la noche por delante... Iba viendo de reojo las piernas torneadas que se dejaban ver por la falda entreabierta, los pies bien hechos... Iba disfrutando los preliminares, ¿me entienden ?Pasamos comprando unas pupusas ahí por la Cinco de Noviembre (no esperaban que me fuera de bolsa, ¿verdad ?) y enfilamos luego hacia un motelito que era en esa época bien bonito y además tiene, todavía, un componente interesante, ya que es al mismo tiempo fábrica de ropa típica y casa de los propietarios... está justo al otro lado de la calle pero a un costado de lo que fuera la extinta y no muy bien recordada Benemérita Guardia Nacional, o sea, el motelito se encuentra al iniciar la Troncal del Norte, no tiene rótulo y para mejores señas, está en la actualidad justo a la par de una venta de panes con chumpe, a la izquierda, y a la par de un condominio, a la derecha... Solo tiene una entrada de arco de ladrillitos y unas veraneras bien bonitas y si usted observa desde la calle, solo verá el caminito de subida a los bungalows.Para una mejor ilustración histórica: en esa época, ya a las 7:30 p.m., los Guardias montaban un retén, pues hasta una especie de caseta hechiza con alambres de púas y toda mi$$rda ponían cabal al iniciar la Troncal, a unos cuantos metros de la entrada del motel, así que los iniciados solo decíamos a los guardias: "para el motel voy..." y uno pasaba bien chévere.Bien, pues entramos con la María a la habitación, ella muy castamente se cubrió con una toallita para irse a dar una ducha y vieran que bonito se veía el espectáculo: la morenota con un calzoncito blanquísimo, que hacían un perfecto contraste y las tetitas al aire, paraditas, tilintes, bien tilintes... Yo, ni corto ni perezoso, ya me había chuloneado todo, sin pudor alguno y la inmensa verga que me manejo pulsaba-pulsaba del futuro placer que se avecinaba... Las pupusas ni las miramos, se quedaron en el carro, pues en lo que yo pensaba era en la otra pupusa...La María salió del baño, bañadita, fresquita, con ese olorcito peculiar de jabón de motel, y se tendió a mi lado, lo cual hizo que me erizara todo... y comencé a bajarle poquito a poco el calzoncito y se irguió un poquito, levantando las nalguitas para darle chance que saliera, ustedes me entienden, ¿Verdad? y comenzó a tocarme delicadamente mi verga, y yo, a darle besitos suavecitos, asi, suavecitos en la boquita... Luego, muy despacio, comencé a acariciarle su cuquita, en aquella pelusada que se manejaba y estaba literalmente destilando los jugos del placer... Así estuvimos un buen rato, sin apresurarnos, como dice Lenin, "Sin prisa pero sin pausa"Bueno, oh queridos lectores, decidí que ya era llegado el momento culminante, el de la penetración y lentamente, pero muy lentamente, le abrí las piernotas (no podría decirpiernitas) y me puse en posición de penetración, encima de ella; la María, entrecerró los ojos y me quiso ayudar, agarrando suavemente la verga hasta que la cabeza rozaba la parte húmeda de su cusuquita y me dispuse a penetrarle, cuando... ¡¡¡¡¡ BUM, BUM, BUM ¡!!!!! UNOS TALEGAZOS DE G-3 MARCA DIABLO SE COMENZARON A OIR... era un estruendo infernal, mis hermanos, era tener la guerra a la par de tu ventana... Entonces aterricé: la guerrilla le estaba volando verga al cuartel central de la Guardia Nacional y los muchachos se habían introducido al motel y al condominio que está a la par pero se habían quedado en la parte de abajo, justo a la par de la calle y desde allí aventaban los pijazos... ¿saben como se oía? Exactamente como que estén disparando a la par de su ventana en la calle, no es paja, era ensordecedor...p$$ta, mis hermanos, demás está decir que la verga se me aguadió totalmente, sin remedio, de la culillera que nos fueran a dar mecha pues lo que yo temía era que los Guardias se metieran y como esos hijos de p$$ta no entendían de nada, nos dieran gas a todos los huéspedes... El pijaceo seguía, PUM, PUM PUM!!!! Siguió por un espacio como de tres horas, sin parar, y mi verga, nada de nada, y la María chillando, clamando por su niña, o sea, hermanos: el infierno en la tierra... Como a la una de la mañana, con la calma que vino, o que menos yo quería era coger, quería irme a la mi$$rda lo mas luego posible, pero no podía dejar a la María ahí aventada, no soy tan cabrón, soy un caballero, asi que, me mentalicé que quizá podría echarle un par de tetelques a la negra; me calme pero nada de nada, esa mi$$rda no se me paraba... La María notó mi frustración y me la empezó a masajear, pero nada... p$$ta, que freak!!!!! Entonces, quizá como ella también tenía ganitas, se animó a mamarla, para ver si asi se enderezaba, pero nada... De la cólera, me di vuelta y me dormí, pues estaba realmente agotado, de lacabeza, de la mente, de la frustración...Dormimos abrazados y a las cinco de la mañana nos fuimos a la mi$$rda.Gracias a los ataques de la Guerrilla no pude coger esa noche a la negra que había perseguido por diez años...¿¿Que les parece??

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