Nuevamente, y siguiendo con el tema del famoso “subsidio” que todos los usuarios de telefonía fija pagamos a las telefónicas, el presidente Funes dio declaraciones a la prensa sobre los comentarios que había hecho el diputado Sigfrido Reyes. El presidente manifestó: “No tengo que aclararle nada a Sigfrido Reyes...Yo no tengo que darle explicación ni a él ni a nadie de qué lado estoy” . Tal parece que ni él mismo se creyó lo que decía, porque trato de sacar las patas agregando: “Estoy del lado del pueblo salvadoreño”.
Cómo es eso? Es que acaso no le explicaron al sr. Funes que ser mandatario no es sinónimo de “mandar”, sino todo lo contrario? Es que a caso el presidente no sabe que el que manda, en este caso, es el pueblo y no él ni sus “amigos”, ni el sr. Salume, ni las trasnacionales, ni la gran empresa, mucho menos la ANEP?
Claro que lo sabe! Que no se haga, pues, el desentendido del tema, ni mucho menos trate de verle la cara de tonto al pueblo, que ya demasiadas ofensas hemos recibido durante décadas de gobiernos fascistas, como para seguir aguantando más, y menos de alguien que se supone “nos representa”. Como pueblo, estamos con todo el derecho de exigir explicaciones al presidente, como también exigir que las cosas se hagan bien, de acuerdo a lo ofrecido en campaña. O es que él piensa seguir con el autoritarismo y la demagogia al buen estilo de ARENA?
Pero si las explicaciones son solicitadas por los empresarios, entonces ahí la cosa cambia totalmente. Entonces se le olvida que "no le debe explicaciones a nadie". Entonces el lenguaje a utilizar es muy moderado y prudente, sin exaltaciones ni agresiones. Sino veamos cómo desde la campaña electoral, ese empeño e insistencia por parte del presidente por tranquilizar a la burguesía salvadoreña es casi obsesional: que no esta del lado de Chávez; que su gobierno será a lo Lula o a lo Obama; que él no va para el socialismo; que en su gobierno manda él y no el FMLN...y un sin fin de explicaciones y actos de descrédito hacia dirigentes del FMLN. La de no terminar.
El presidente coronó su pataleta con esa frase que venimos escuchando por décadas de parte de los presidentes de la derecha y que ya a este pueblo le suenan huecas, sin sentido, demagógicas, como a disco rallado: “Estoy del lado del pueblo”. Cuando la realidad de sus acciones nos demuestra lo contrario. Cuando un presidente está del lado del pueblo, no tiene necesidad de decirlo, es el pueblo el que lo grita, es la gente la que lo manifiesta en las calles, en los mercados, en las plazas, en todas partes.
Estar con el pueblo no es repetirlo en los medios de comunicación a fuerza de millones de dólares. Estar con el pueblo es vivir con y para el pueblo, es bajar a las colonias populares y platicar con la señora de la tienda; es ir al campo y sentarse en una piedra a escuchar al campesino, mientras comparte un café de palo. Es ir a la Universidad del pueblo a escuchar a los estudiantes y conocer sus necesidades e inquietudes; es hacer exactamente lo que hacía en las caravanas y concentraciones del Frente, cuando andaba pidiéndole a la gente el voto. Es cumplir las promesas...ni más ni menos.
Rafama
desde el bog del TROMPUDO
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