CUBA: Cuando las sombras se volvieron luces

Cuando las sombras se volvieron luces
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Margarita Torres
Periodista de Radio Rebelde
1 de Enero de 2010, 8:44 a.m.

La Habana, Cuba.- Aquel 1 de enero de 1959, Cuba amaneció sin Fulgencio Batista. El empuje del Ejército Rebelde, que dominaba importantes ciudades de las regiones central y oriental del país, y el apoyo popular que recibía en cada lugar, obligó al tirano a huir hacia Santo Domingo, capital de la República Dominicana, en los primeros minutos del primer día de aquel año.

Quienes vivieron las emotivas horas que siguieron al anuncio del derrocamiento de la dictadura, nunca olvidarán aquella mañana impresionante, cuando el júbilo se apoderó del pueblo, que se volcó delirante hacia las calles portando banderas cubanas y del Movimiento 26 de Julio, a la vez que lanzaba al aire vivas a la revolución y a su máximo líder, el Comandante Fidel Castro Ruz.

La muchedumbre no tenía idea de qué iba a suceder a partir de ese momento, y mucho menos imaginar que todo sería más difícil . Pero sí estaba consciente de que un mundo nuevo y distinto se abría ante ella, pues al poder llegaban hombres curtidos en la lucha, inspirados en las doctrinas del héroe Nacional de Cuba, José Martí.

51 años han transcurrido desde entonces y contra viento y marea, aquí esta la revolución cubana. Una obra nada perfecta, pero que en situaciones nada fáciles a causa del bloqueo impuesto por el gobierno de los Estados Unidos, ha sabido cultivar a varias generaciones de hombres y mujeres y sembrar en sus conciencias, sentimientos tan altruistas como la solidaridad y el internacionalismo.

Cada 1 de enero es día de fiesta en la Isla . En esta ocasión, además de aplaudir, los cubanos se aprestan a buscar formas dirigidas a perfeccionar su revolución, proyecto por el que están dispuestos a cualquier sacrificio con tal de hacerla imperecedera.

El pueblo sabía que el alma del Ejército Rebelde, era Fidel. El joven abogado que defendía a los pobres sin cobrar honorarios, el que levantaba su voz en contra de los desmanes y crímenes de Fulgencio Batista , el organizador del asalto al Cuartel Moncada y quien presentara el Programa del Moncada, durante su autodefensa en el juicio por esa acción militar, documento que expresaba la línea a seguir una vez en el poder.

Y las masas humildes estaban conscientes de que esa tropa de barbudos estaba permeada del alma de su Jefe, a cuyo lado se formaron combatientes.